S.O.S DESESPERADO de Esposas y Novias - Queja 1


Mi esposo es procrastinador, no hace sino ensuciar, nunca encuentra nada, sólo piensa en sexo, no me escucha y sólo puede hacer una cosa al tiempo, con esta pandemia, eso nunca me había molestado tanto, pero ahora, no lo soporto, estoy al límite. - Vanessa, 38 años, Colombia*

Aunque no lo creas, con esta pandemia, ya son varios los clientes nuevos que han llegado buscando ayuda para decidir si se quedan o se van del lado de su pareja. Y es que, aunque en la mayor parte del siglo pasado aún se creía que el cerebro de hombres y mujeres era exactamente igual, desde finales de 1980 se iniciaron investigaciones con los avances tecnológicos de neuroimágenes, entre otras, que probaron que no es así. El cerebro de mujeres y hombres muestra diferencias en volumen y tamaño, de manera general y, en estructuras específicas, y en lo metabólico, en lo estructural y en lo funcional.

Esta diferencia y los efectos psicobiológicos, al igual que los factores psicosociales, hace que la “psiquis” y la conducta de hombres y mujeres sea diferente, lo que provoca muchísimos malentendidos, comunicación inadecuada e intolerancia en la convivencia.

Explicaré en varias partes y con fundamentos psiconeurobiológicos cómo entender para “no tomarnos personal” la actitud de nuestros esposos o novios y tolerar más esas molestias que las mujeres o novias han hecho sobre sus compañeros hombres para que pueda usarse como una guía para comprender, tolerar y AMAR al hombre que las acompaña.

El asunto viene así: las mujeres llegan quejándose de “detalles” que ya conocían de sus esposos, pero, “sobrellevaban” porque realmente se “ponían pesados” en el fin de semana que convivían más tiempo, pero, estando en cuarentena, el “encierro” ha multiplicado varias veces ese tiempo de convivencia, con lo cual, la presencia de esos “detalles”, hoy, es innegable y duradera y muy molesta.

Esta situación no está sujeta a las mujeres latinas, pues mis clientes no-latinas se quejan sobre ello tamién, se ha repetido el mismo reclamo en los consultorios de mis colegas en todo el mundo y ya es noticia en todos los diarios internacionales: el número de divorcios, en estos últimos meses, ha escalado, y es que, hay una base psiconeurobiológica para todo hombre y mujer sin importar, cultura, raza o condición social, que explica el porqué es que estas diferencias son reales y necesitan ser asimiladas y procesadas por las mujeres para que podamos vivir en armonía hombres y mujeres.

Queja 1
“Mi esposo es DESIDIOSO, dice que lo va a hacer después y no lo hace nunca y encima, tiene el descaro de molestarse cuando se lo digo.” – Lupita, 26 años, México*

Sí, es cierto, que tu esposo puede ser más procrastinador que tú, y más si se trata de tareas del hogar y es que, hay unas estructuras en nuestro cerebro, gran parte de ellas en el sistema límbico, llamadas ganglios o núcleos basales que en los estudios neuropsicológicos, se ha encontrado que está relacionado y es responsable, junto con otras estructuras, por el control del movimiento y algunas funciones cognitivas, es decir, relaciona el pensar con el hacer. Son ellas las que se activan con alta intensidad cuando piensas que tienes que hacer algo y, de una vez, lo haces. Bueno, resulta que estos ganglios basales, son mucho más activos en las mujeres que, en los hombres. Es decir, en general, (recordemos que hay diferencias individuales y la generalidad se atribuye a aproximadamente al 70% de la población) las mujeres se mueven de una cuando les dicen que hay que hacer algo, a los hombres les toma más tiempo tomar la decisión de moverse.

El asunto se pone más grave cuando, a la parte neuropsicológica, le sumamos variables multidimensionales como variables psicosociales y neuroendocrinas, como la crianza, el control del tiempo, la autorregulación, la adicción al televisor y la internet, y las inteligencias intrapersonal e interpersonal, pues resulta que, con todas estas variables en conjunto, se ha demostrado que sí hay una mayor procrastinación en los hombres que en las mujeres y aunque en algunos estudios aparece como no significativo, en otros, sí lo es.

Y es que, varios factores son los que influyen en que los hombres sean más “desidiosos” que las mujeres. Por ejemplo, está la crianza “machista”, esa sí muy latina, en la que la mujer se ve obligada a realizar las tareas del hogar desde niña y a los hombres, al contrario, a rechazarlas y verlas como “amenazantes” a su hombría. Creencia que aún está pasando la factura a estas generaciones que, aunque ya más equilibradas en cuanto a las tareas del hogar, aún traen las creencias y prácticas de siglos pasados. Por ello, todavía vemos hombres que tratan de dilatar el momento de hacer una tarea de hogar esperando que la mujer, finalmente, la haga y él no se vea como “el hombre mandado por su mujer” aunque su mujer, al igual que él haya trabajado todo el día o parte del día entre sus deberes de oficina y la crianza de los hijos.

También está el factor relación disciplina-cerebro que algunos autores como Deatar-Deckard (1999) han expuesto en sus trabajos, sobre la correlación entre los estilos de disciplina y el desarrollo cognitivo social de niños y niñas, en los que explica cómo las niñas y los niños en edades preescolares responden de forma diferente al pensar-hacer. Mientras, que el cerebro de un niño o adolescente hombre requiere mayor firmeza y persistencia de un adulto al pedirle que haga algo, el de una niña o adolescente mujer, sólo con persuasión, lo consigues. Es decir, en términos generales, una mujer no necesita que se le repita varias veces que cumpla con sus tareas, ella lo hará si lo sabes decir con tacto, en cambio, un hombre, casi que hay que forzarlo para que lo haga.

Por otro lado, los últimos estudios neuropsicológicos sobre la adicción al juego, al internet y a los contenidos multimedia y televisión, han reforzado lo que se viene encontrando desde los ´90: muchas actividades realizadas en internet (desde los juegos, pasando por las redes sociales) y demás medios, presentan una gratificación inmediata sin esfuerzo mayor ni cognitivo ni físico. Sabemos que el cerebro libera fácilmente la dopamina en estas actividades, brindando placer y satisfacción rápida y sin sacrificio, con lo cual, se muestra como una actividad más atractiva que cualquier otra, tanto para mujeres como hombres, pero, especialmente frente a las tareas de mayor esfuerzo y “amenaza de hombría” para los hombres.

Así que, al revisar todos estos elementos que muestran que la problemática es menos simple de lo que imaginabas y que las causas no están bajo tu control ni bajo las de él, una alternativa de solución que ha servido en sesiones con las parejas y que está condensada en varios libros sobre el tema es: antecederte y condicionar.

Es decir, sentarte con tu esposo o novio y decirle que ya sabes que “no es su culpa” el que sea tan procrastinador, que lo entiendes pero que, en aras de mejorar la convivencia, necesitan implementar estrategias que puedan servirles a ambos y que, antes de jugar con el internet o ver tv, haga las tareas que acuerden. O que, comience a jugar o a ver su partido, serie o película pero, que, pasadas dos horas (por ejemplo), pongan la alarma para que suene y le avise que debe parar su rato de esparcimiento y descanso y que él se comprometa y cumpla que parará lo que está haciendo para cumplir con su parte de las tareas domésticas. No es una estrategia infalible, como todo en el ser humano es: unos pasos para adelante y uno para atrás, pero sí ayuda y mejora la convivencia.

Ahora bien, si por alguna razón, te molestas mucho porque a tu pareja le cuesta cumplir con su parte de los acuerdos, tranquila, hay otra estrategia que te puede ayudar otro poquito más. Y, aunque implica más esfuerzo de inteligencia emocional de tu parte, como mujer, la buena noticia es que todos los estudios muestran que las mujeres desarrollamos más las competencias de inteligencia emocional que los hombres, así que vamos de ganancia.

La estrategia emocional está en hacerte una “consigna cognitiva”, es decir una o varias frases que te autoconverses cuando veas la actitud procrastinadora. Y, es algo así: “Sí, ya sé que me desespera que no pueda hacer X, Y, Z todas las veces que se lo he repetido, pero por lo menos sé que no es porque él lo quiere intencionalmente y por “desconsiderado y malcriado nada más”, sino que hay más ahí que no está bajo su voluntad. Además, nadie es perfecto, mucho menos yo y yo también tengo mis partes feas como G, H, I (defectos tuyos) y él las conoce, me acepta y me ama con todo y ellas también. Por eso, necesito enfocarme en todas las razones por las que lo elegí a él como pareja y es que él tiene: A,B , C (cualidades) que amo y que hacen que cada día yo decida estar a su lado y ser su compañera actual.”

Y aunque se oye abstracto, cuando lo has construido y personalizado con tus defectos y con las virtudes que le ves a tu esposo o novio, la cosa cambia. Entiendes que la tolerancia es doble vía para que pueda haber ARMONÍA EN TU HOGAR y eso te permite ir flexibilizando a tu cerebro y en consecuencia, a tus acciones y palabras sobre ciertas situaciones en la vida en conjunto. Y es que, sólo es dando de nosotros mismos que podemos recibir con dignidad y méritos.

*Datos cambiados

**Jassel Arzuza es Psicóloga, Master en Psicobiología y Neurociencias, Coach, certificada en Inteligencia Emocional.

Puedes visitar su webpage en www.jasselarzuza.com para conocer más de ella y seguirla en IG @jasselarzuza para tips en inteligencia emocional.


Fuentes Bibliográficas

Amaya, J., Prado, E. (2017) ¿Qué hago si mi media naranja es toronja?. México: Editorial Trillas.

Deater-Deckard, Kirby, Speak roughly to your little boy? Sex differences in the relations between parenting and preschoolers. Understanding of mind. Social development, 8 (2), 1999.

Garzón Umerenkova, A., & Gil Flores, J. (2017) Gestión del tiempo y procrastinación en la educación superior. Universitas Psychologica, 16 (3), 1 – 13. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy16-3.gtpe

Jadresic, Enrique. La necesaria distinción de género. Revista chilena de neuropsiquiatría. Vol. 48 No. 4, diciembre 2010. Recuperado de: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-92272010000500001

Martínez-Selva, J.M. (2011) Emoción. Master Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva. España: Viguera Editores

Ramos-Galarza, C. y otros. Procrastinación, adicción al internet y rendimiento académico de estudiantes universitarios ecuatorianos. Estudios Pedagógicos, Vol. 43 No. 3, Validivia, 2017

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