De Cómo Vivir en Amor
Este
es Lucca*, mi nuevo novio, otro regalo de Dios.
Tiene
un corazón bello.
Pero,
como dijimos, ahora, sólo vivo el momento,
0
expectativas.
Y
vamos bien.
Mujer,
27 años, España.
Esta
es una de esas historias que, en este momento difícil de cuarentena, agradezco
que he tenido la oportunidad de vivir con mis clientes y me han sacado sonrisas
y risas y que he pedido permiso a ellos para contarles para que nos ayuden a mantenernos
en el vaso medio lleno.
Bianca
es una bellísima mujer (sí, ha participado en varios concursos de belleza, ha
ganado y ha sido modelo de varias revistas así que, con seguridad, la han visto
por ahí), es también de buen corazón, emprendedora, y, exitosa en su profesión.
Y, de la que, además, puedo con alegría decir que hoy, ya tiene cada vez más
claro que, para vivir en amor con otros (en este caso con su pareja), y evitar
el desamor, necesitas, primero, estar en amor a ti.
Muchos
aún creen que el amor es sólo cuestión de suerte, o de belleza o, de dinero o,
de estatus, pues no, el amor no es sólo 1 de esos factores, sino que, como todo
en el ser humano, es algo multifactorial. En el caso de Bianca, tenía todo eso,
pero igual, “no tenía suerte en el amor”.
En
realidad, lo que ella llamaba “no tener suerte en el amor”, y que, en el caso
de ella, aún seguimos trabajando (aunque cada vez en sesiones más espaciadas
porque ya ha alcanzado los objetivos delineados que iban desde lo laboral,
personal y familiar hasta la pareja y que venimos trabajando desde hace un poco más de 3 años), son
sus anteriores bajos niveles de autoconocimiento, autocuidado y amor para poder
reconocer una pareja con la cual vivir en amor.
Y,
aclaro, cuando ella habla de “pero, sólo vivo el momento, o expectativas”, hace
referencia precisamente a lo que trabajamos juntas en el tema personal y de
pareja. Y es que, Bianca tenía su corazón y su mente llenos de expectativas
sobre lo que “debe ser” un novio, pero no de lo que ella quería, necesitaba, y
valoraba en un compañero. Con
lo cual, sus “expectativas” eran una combinación de lo que pensaba su mamá, su
abuela, su tía, su vecina, sus amigas, etc… entonces, pues, evidentemente, era
el novio perfecto para muchos en su círculo, pero, no, para ella y siempre alargaba
el fin de relaciones que no eran lo que ella buscaba y terminaba ya desgastada,
infeliz y preguntándose porqué era que le iba tan mal en el amor.
Adicionalmente,
estaba todo el tiempo en conflicto con ella misma porque quería complacer a todos
y consentirle sus expectativas a la “sociedad”, aún a costa de sus ideas y
posturas de la vida que, no tenía muy claras, pero, que intuía eran un poco diferentes
de lo que pensaban en su medio y de lo que se esperaba de ella.
Esa
fue la primera misión de nuestro trabajo: Aprender quién era ella, sus
fortalezas, sus áreas de aprendizaje, sus dificultades, sus “defectos”, cómo
vivir con ellos y cómo tratar de ser mejor, respetándose en su unicidad, pero, sin
llegar a ser desconsiderada en su relación y convivencia con los otros, siendo
amable, pero, eso sí, marcando el límite sano de la inteligencia emocional: Aprender a decir No y Sí y asumir las consecuencias de eso.
Luego,
pasamos al objetivo 2, trabajar su emprendimiento laboral y luego, al objetivo 3, que era: Reconocer
lo que me gusta, lo que quiero y valoro en un compañero con el cual comparta mi
tiempo y mi vida actual. Ojo, ésa fue una diferencia muy importante, ya no
pensando tal como le habían enseñado en su casa y que le decían sus amigas todo
el tiempo que pensara siempre, en que sería su compañero para toda la vida, el
futuro esposo, padre de sus hijos, si no, pensando desde su realidad de hoy: Bianca
con una pareja con la cual está VIVIENDO SU REALIDAD, compartiendo su vida
actual, con estas ideas, esta situación que vive hoy.
Así,
en el año y medio que decidimos trabajar ya específicamente el objetivo de construir
una relación de pareja que ella deseaba, fuimos llegando al punto en el que
ella ya está: entender que si cuando comparte con él, percibe y es consciente
de que es la persona con la cual se siente que está siendo fiel a lo que ella
es, con la que se siente respetada y amada, que respeta y ama y con la cual
comparte principios, la mayoría de las creencias, ideas y hobbies, que le
gusta, con la que disfruta, comparte y discute sanamente sus diferencias y
opiniones (porque obvio, no tienen porqué ser iguales), entonces, está viviendo
en amor con ella misma y compartiendo su amor con otro, creciendo como persona y
siendo feliz.
Ya
no inicia ni construye relaciones de pareja cumpliendo expectativas de
imaginarios colectivos y de personas que quiere y admira pero, con las que no
comparte expectativas. Ni centra su relación fundamentándose en futuros que no
son el hoy y que ni sabe si serán la idea de futuro que quiere, mañana.
Entendió
que lo único que tenemos es el hoy y que, lo que ella sueña, cree y quiere hoy,
tal vez ya no sea el mismo sueño en 1 año, a lo mejor, en su crecimiento y
evolución, ya será una persona un poco diferente a la que es hoy, con otras
necesidades, preferencias de vida y creencias distintas a las que se levantó teniendo
esta mañana.
Entendió
que los seres humanos somos seres altamente dinámicos y adaptativos y que hasta
creencias y principios que creíamos inamovibles, pueden ser flexibilizados, que
el asunto es sentirnos fiel a nosotros mismos, auténticos en nuestras
relaciones con nosotros mismos y con los otros para asegurarnos una gran
porción del éxito personal.
Y
Bianca, ahora mismo, sí, es feliz, muy feliz, en un país donde no se pensaba
hace 2 años, en una cultura distinta a la suya, con un emprendimiento que va
viento en popa (sí, aún en esta crisis corona virus) y compartiendo su vida, su
momento, con un compañero que habla un idioma que ella aún no aprende pero que
sí habla el mismo idioma del amor que ella.
*Nombres
cambiados
**Jassel
Arzuza es Psicóloga, Master en Psicobiología y Neurociencias, Coach,
certificada en Inteligencia Emocional. Puedes
visitar su webpage en www.jasselarzuza.com para conocer más de ella y seguirla
en IG @jasselarzuza para tips en inteligencia emocional.
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