Los Celos Parte I



“Y él me decía: amor, es que aún no me atienden, hay mucha gente aquí… y yo pensaba: no se oye gente alrededor, sólo mucho eco, así que, él no está en la tienda, está con ella y habla desde el baño, para que ella no lo oiga” 
Mujer, en sesión de proceso de 
inteligencia emocional en pareja, 
35 años, Colombia 

Los celos entre pareja, entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos, no son lo simple que te han contado. Este es un breve análisis de los celos y la monogamia y tips para manejar los celos destructivos parte I.

El tema de los celos es amplio y complejo pues, las personas comúnmente lo relacionan casi que exclusivamente con la fidelidad emocional y sexual, con la monogamia y la poligamia, pero, como veremos, no es sólo el campo al que aplica, entonces, para mantenerlo breve y práctico, el tema será dividido en dos partes.

En esta primera parte, se compartirá un breve análisis de lo que son los celos y se tratará superficialmente los conceptos de monogamia social y sexual.

Comencemos por el significado de “celo”.

Según el diccionario Larousse, la palabra celo tiene varias acepciones, entre ellas: 1. Cuidado e interés con que alguien hace las cosas que tiene a su cargo.
2. Sentimiento de recelo de que lo que uno posee o desea llegue a ser alcanzado por otro.
3. Sentimiento de inquietud y pesar experimentado por alguien ante la sospecha de perder a la persona que ama.

Ahora bien, los celos son un tema constante en la literatura psicológica, médica-científica, social y hasta bíblica.

De hecho, aclaremos algo: los celos son estados afectivos naturales y todos los seres humanos los sentimos.

Los celos son definidos como algo natural, descrito por diversos autores con diferentes teorías, comenzando con Freud (1922) quien los relaciona con el complejo de Edipo y los clasifica en etapas:
1. Competitiva o normal,
2. Proyectada y
3. Engañosa (patológica).

Pasando por Buss (www.davidbuss.com), quien sugirió en su teoría del marco de la psicología evolucionista, que los celos tienen origen genético y evolutivo pues nos vienen de nuestros ancestros como mecanismo psicológico para promover la reproducción y perpetuar los recursos para la especie.

Y, terminando con Marazziti y su equipo de la Universidad de Pisa quienes encontraron una explicación biológica al encontrar que una baja de nivel en la sangre de serotonina es la causante de la “tormenta bioquímica” que genera los celos excesivos.

En todo caso, en algo sí están de acuerdo los autores y es que todos, en algún momento de nuestras vidas, experimentamos los celos.

Aún más, es importante entender que los celos o cuidados se dan de manera natural no sólo en los humanos sino, en varios animales desde aves hasta mamíferos y primates.

Es más, la monogamia social (formar parejas estables) se presenta como adaptación necesaria para cuidar de la fragilidad de las crías pues, se protege aquello que se quiere y se cela algo que se teme perder.

Un ejemplo que ilustra lo dicho sucede cuando una madre ve a su hijo en “malas compañías” y lo cela (típico celo de padre-hijo), lo cuida para que en sus andanzas con ellos no comience a mostrar esas tendencias de comportamientos destructivos o indeseables y esas ideas que no son productivas de sus “amigotes”, porque en el fondo la madre teme que su hijo cometa errores que no tengan reparo y que, por el contrario, le traigan dificultades para toda su vida y, en consecuencia, a ellos y a su familia, un arrepentimiento tardío.

Sin embargo, es de la monogamia sexual o fidelidad (la cual es considerada muy rara en la naturaleza, pues la fidelidad es un concepto artificial, creado por el ser humano) de la cual nos encargaremos en estos dos artículos pues es ella la que está relacionada con los celos destructivos en la relación monogámica de pareja humana.

Mucho se ha hablado de los celos de pareja y está en la idea del común de las personas que los celos sólo muestran la inseguridad e inmadurez del celoso y que éste se refleja como un problema suyo de autoestima.

Pero, como dice Buss, esto no es cierto, hay muchos adultos con alta autoestima y madurez psicológica que padece de celos así que, la inseguridad sola y exclusiva como causa de los celos de pareja, no existe. Entonces, ese concepto como única explicación, no es más que un mito.

En los celos de pareja sí puede haber algo de inseguridad pero hay además, otros factores que cambian la ecuación. Primero hay que entender que los celos en las parejas no sólo se manifiestan como el miedo por perder algo que quieres y que por lo tanto debes celar, proteger y cuidar, sino que viene acompañado de un factor difícil de mantener y éste es la fidelidad o monogamia sexual y social que la sociedad promueve e incentiva como valor primario. 

En otras palabras, a la monogamia y a la fidelidad en varias sociedades, especialmente en el occidente, se le da un reconocimiento social muy alto que se utiliza como un baremo para juzgar cualidades y virtudes en las personas que, algunas veces, no guardan relación con el hecho de no ser monógamo. Un ejemplo claro es el sonado caso de Bill Clinton que casi le cuesta su presencia en la presidencia porque casi que se le juzga negativamente por su desempeño como presidente, que, evidentemente no guarda relación alguna con el asunto en cuestión.

Una de las razones por la cual la monogamia trae tanto conflicto en las parejas es que el ser humano es naturalmente polígamo, como lo explica David Barash, psicobiólogo de la Universidad de Washington en “La monogamia no es natural” (ver redesparalaciencia).

Es así como, de 185 sociedades humanas estudiadas, sólo 29 son monógamas y de éstas, sólo 10 tipos de sociedades desaprueban el sexo fuera del matrimonio (adulterio, o, sexo previo al compromiso).

Así mismo, un 83% de las sociedades humanas que han habitado nuestro planeta ha practicado la poliginia (un hombre convive con varias mujeres a la vez), y, además, las encuestas han hallado que el 50% de los hombres y 30% de las mujeres occidentales admite haber sido infiel a su pareja por lo menos una vez.

Ahora, como bien lo expresa Judith Lipton en el Mito de la Monogamia (2003) y en Redes, “ni la biología, ni la primatología, ni la antropología sugieren que la monogamia sea una forma de vida natural, pero para el ser humano es natural el caminar, mas no lo es el patinar ni tocar el violín y sin embargo son cosas posibles y factibles para el ser humano, así que la monogamia sí es posible, como el arte, aunque no sea natural.”

Es entonces como la monogamia, elegida por un gran número de personas en nuestra sociedad de hoy y por razones religiosas, sociales, éticas, económicas u otras, se convierte en un reto para vivir pues, significa luchar contra la poligamia, que es la tendencia natural.

Aunque, cierto es que, como manifiesta Barash, natural también es una bacteria o un virus pero, no necesariamente son buenos para el hombre.

Así pasa con la poligamia, es lo natural pero, históricamente, se ha mostrado que no necesariamente es lo bueno para el ser humano, especialmente, por todas las implicaciones genéticas y médicas que trae consigo y de las que hemos visto sus consecuencias: definitivamente, como lo afirman los especialistas, no es lo evolutivamente inteligente.

*Jassel Arzuza es Psicóloga, Master en Psicobiología y Neurociencias, Coach, certificada en Inteligencia Emocional. 
Puedes visitar su webpage en www.jasselarzuza.com para conocer más de ella y seguirla en IG @jasselarzuza para tips en inteligencia emocional.


Fuentes Bibliográficas

http://www.larousse.com.mx/Home/Diccionarios/celo

Freud, S. (1922). El complejo de Edipo. Amorrortu Editores: Buenos Aires. O.C.

http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/sociedad/los-cientificos-aseguran-que-los-celos-tiene-explicacion-biologica_40594.html

http://edant.clarin.com/diario/2002/10/25/t-464017.htm

http://blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2013/07/somos-mon%C3%B3gamos-infieles-y-celosos.html

http://www.redesparalaciencia.com/311/redes/redes-26-la-monogamia-no-es-natural-29-minutos

Barash, D., Lipton, J. (2003). El mito de la monogamia. Siglo XXI, España Editores.

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